La personalidad de tu marca

Todos tenemos distintas versiones según con quién estemos.
No eres igual con tus amigos, con tu familia o con tu jefe.

Y no es falsedad: somos todas esas versiones… y ninguna al mismo tiempo.

Lo curioso es que muchas marcas desean hacer lo mismo: mostrar una cara distinta para cada cliente, adaptarse a todos, ser un camaleón del marketing.

Pero ahí empieza el problema.

El error de intentar gustarle a todo el mundo

Cuando una marca intenta caer bien a todos, pierde lo más valioso que tiene:

• Credibilidad

• Personalidad

• Esencia

Se convierte en lo que sobra en internet: una marca más, sin carácter, sin voz y sin identidad.

Como community manager, esto es clave:
no se trata de gustarle a todo el mundo, sino a quien realmente puede conectar contigo.

El ejemplo perfecto: los gimnasios

Muchos gimnasios llenan sus anuncios con personas perfectas, cuerpos imposibles y abdominales de mármol.
Creen que ese es su “mejor cliente”.

Error de manual.

El cliente ideal de un gimnasio —y el que más años permanece— es la persona normal:

• La que paga su cuota y no va siempre.

• La que va a entrenar… pero también a socializar.

• La que convierte el gym en rutina, parte de su vida.

Ese cliente es estable, fiel, constante.
Mejora su salud, sí, pero para él el gimnasio es también un lugar seguro.

¿Y el superfit?
Ese suele ser nómada:

• Hoy aquí.

• Mañana en otro gimnasio porque “hay una máquina nueva”.

• La semana siguiente en otro porque “hay menos gente”.

Mucho músculo, poca fidelidad.

Conclusión: no hables para todos… conecta con los que importan

Tu marca no tiene que atraer a todo el mundo.
Tiene que atraer a quienes:

• Conectan contigo

• Valoran lo que haces

• Están dispuestos a quedarse

Porque cuando intentas hablarle a todos…
no conectas con nadie.